Tratamiento selvícola de los montes poblados con encina, alcornoque, rebollo o melojo y quejigo, con presencia simultánea de árboles procedentes de semilla y cepa o raíz, mediante el que se eliminan, selectivamente, parte de los brotes de cepa y raíz de cada edad, dejando y formando, mediante poda ligera, los mejores en número adecuado a las características del lugar.
La producción preferente de las masas de quercíneas, la leña y el carbón vegetal, ha quedado en los últimos treinta años prácticamente sin valor. Al no realizarse este uso tradicional, la mayor parte de las masas tienen excesiva espesura, una paralización del crecimiento, envejecimiento de los pies y ausencia de regeneración natural por semilla, por lo que se impone una necesaria reconversión.
Los principales objetivos de los tratamientos de conversión del monte bajo a monte alto son:
El resalveo consiste en la eliminación selectiva de los brotes de la cepa dominados, deformes, torcidos o puntisecos, quedando los mejores brotes (resalvos) libres de competencia.
La determinación de la intensidad de cada intervención es una de las decisiones más delicadas: hay que hacer notar que frente a cualquier reducción de espesura que se haga, la masa responde induciendo una brotación. Que la cantidad de brotes sea muy grande es perjudicial por la competencia que inducen sobre la masa reservada y a su vez, la masa reservada reduce la iluminación sobre los brotes, retrasando su desarrollo y reforzando en este sentido la acción del pastoreo.
Concretando, y con base en los resultados de experiencias realizadas, el criterio más conveniente para el primer resalveo en masas de rebollo, es que la extracción no supere el 50 % de la densidad inicial.
Durante la conversión no se produce el acotado al ganado en la superficie tratada. Por el contrario, se permite el pastoreo con ganado vacuno para controlar el rebrote y la invasión del matorral.