El corcho es la corteza del alcornoque (Quercus suber), un tejido vegetal que en botánica se denomina felema y que recubre el tronco del árbol. Cada año, crece una nueva peridermis –formada por anillos que crecen de dentro hacia fuera del alcornoque- que se superpone a las más antiguas, formando así esta corteza. El corcho puede presentarse en bruto, como producto directo de la extracción de la corteza del árbol o elaborado para su utilización en diferentes áreas. El principal componente del corcho es la suberina.
La producción mundial de corcho es de unas 340.000 toneladas, de las cuales Portugal produce un 52%, España un 30%, e Italia un 6%.
La extracción del corcho del alcornoque se denomina «saca del corcho», una actividad que se realiza en la fase más activa del crecimiento del corcho, entre mediados de mayo y junio hasta mediados/finales de agosto. En esta época, los trabajadores denominados «corcheros» o «peladores» extraen la corteza del alcornoque cortando con un hacha y uniendo las grietas verticales del corcho. Así retiran lo que se denomina planchas de corcho, denominándose también «la pela del alcornoque».
El corcho se puede extraer por primera vez cuando el árbol tiene aproximadamente 25 años, pero este dato depende mucho de la calidad de estación, ya que el parámetro a medir es cuando el árbol tenga una «circunferencia altura de pecho» (CAP) mayor de 60 cm sobre corcho. Este primer corcho se denomina "corcho bornizo", patrón o corcho de belenes, sólo válido para la elaboración de elementos decorativos y aislamientos termoacústicos, dada la dificultad de separar del corcho la fina corteza leñosa externa de color grisáceo, por lo que no se puede utilizar para aglomerados ni para uso alimentario (como, por ejemplo, en tapones de vino), ya que no cumple la calidad necesaria.
Entre nueve y catorce años después, según la zona, se produce el segundo descorche, del cual se obtiene un material llamado “corcho secundario” que cuenta con una estructura regular menos dura pero aún no es válido para la producción de tapones.
Es en la tercera saca –cuando el árbol tiene entre 40 y 50 años- y en las siguientes, cuando se logra obtener el corcho con las propiedades adecuadas para la producción de tapones de calidad, ya que éste presenta una estructura mucho más regular con costados y bases lisas. Es el denominado “corcho amadia o de reproducción”. A partir de este momento, el alcornoque proporcionará cada entre 9 y 14 años, corcho de buena calidad. A partir de ese momento, su explotación durará un promedio de 150 años, lo que equivale a unas 14-15 sacas de corcho.
El descorche del alcornoque es un proceso ancestral que debe realizarse por profesionales y se ejecuta en 6 etapas:
Después del descorche, las planchas de corcho son apiladas en el bosque o en astilleros dentro de las instalaciones de alguna fábrica. Todas las planchas se apilan siguiendo reglas propias y muy restrictivas (definidas por el Código Internacional de Prácticas Corcheras - CIPR), para que el corcho logre una estabilización óptima. De acuerdo con el CIPR, el tiempo de reposo de las planchas nunca debe ser inferior a los seis meses y tras este periodo el corcho entra en la cadena industrial.